7 mar 2011

"NO ES ENSEÑANZA CUANDO TE HACEN PREGUNTAS AL FINAL" Richard Feynman

No estoy muerto, sólo soy vago y dispongo de poco tiempo para escribir. Aun así, creo que hoy sacaré el tiempo de donde haga falta porque estoy decidido a desempolvar el hacha. 


Hoy le toca el turno a los "maestros" a quienes pienso desmembrar a conciencia -lo que precisamente, les falta-.
Puedo asegurar y deprimirme al instante, que con una sola mano, cuento los profesores que  han despertado en mí un mínimo de interés por asignaturas ahora consideradas importantes. Esto me preocupa e incluso me encabrona. Sobre todo, cuando echo la mirada atrás deteniéndome en los tiempos del instituto. Época crucial para formarse como ser humano. Recordemos que al ser humano se le define como: Homo sapiens (del latín Homo=Hombre, Sapiens=Sabio). Pues bien, con lo aprendido en el instituto yo me etiquetaría mejor como oveja. Esto se explica fácil:
No recuerdo a ningún profesor interesado en la asignatura que impartía -es más, recuerdo profesores con una "pasmosa" habilidad para impartir asignaturas de lo mas dispares-. Con esto no quiero cuestionar sus capacidades intelectuales, pero si en cambio su actitud con respecto a la materia gris a su cargo, la cual, no era poca. Esponjas racionales cansadas de tener que madrugar para asistir a unas clases casi siempre aburridas y sin estimulantes. Esos eramos nosotros. Los profesores, supongo que sentían algo similar de forma recíproca ya que ellos también madrugaban para aguantar a un montón de niños impacientes por que llegara la hora del recreo. Vale, se lo que estáis pensando: estoy llevando al negro lo que seguramente, en ocasiones era gris pero soy así de radical y prepotente. 


Salto en el tiempo para situarme en la actualidad, y lamentablemente las cosas difieren bien poco de la lejana época de instituto. Quizás ahora el recreo ha sido sustituido por el descanso de 10 minutos entre clase y clase universitaria para fumarse un cigarrillo pero los profesores siguen aportándome el mismo interés por sus rutinarias asignaturas. Apunto que cuando más se me hinchan las pelotas es cuando repito alguna asignatura y efectivamente, el profesor, toma literalmente la palabra repetir a modo de método docente. Además de todo esto, me maravilla que en muchas universidades -incluida la mía: Universidad de Deusto-  el método de evaluación sea tipo test. Vamos, no me jodas que elegir entre 3 opciones la respuesta correcta sea un buen método para regir la licenciatura de individuos como yo. 


Cada año, veo como la gente estudia, aprueba y suspende -y suspende estudiando y aprueba sin estudiar-. Esto, casi en su totalidad, lo dicta una máquina que detecta los aciertos y errores del alumno en el examen. Aquí algo falla señores/as y por ahora, no he conocido a ningún profesor que revise dichos exámenes... Ninguno. De todas formas, voy a evitar seguir criticando la cojonudez del profesorado ya que es como tirar piedras contra mi propio tejado; no hay mayor huevón que yo y dispongo mis pelotas encima de la mesa para quien quiera cotejarlo.


Termino esta entrada, adjuntando un par de vídeos relacionados con el tema. 


El gran Richard Feynman, en un video de la serie "Fun To Imagine" dando genial lección de cómo enseñar:






Sir Ken Robinson habla con su particular sentido del humor, sobre las escuelas en TED:






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