"Hola me llamo Joseph Kittinger y estas son mis enormes pelotas de acero"Joseph nunca dijo algo así, pero en esta sección el acero y las formas ovoidales van a ser algo frecuente. Os vais a tener que acostumbrar.
Joseph William Kittinger II (nacido el 27 de agosto de 1928)es un antiguo aviador y oficial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF).
Fue una de las muchas personas que vivieron de primera mano los cimientos de la carrera espacial, cuando la U.R.S.S y los Estados Unidos se miraban con recelo esperando un primer movimiento el uno del otro. Los primeros en mover ficha, fueron los soviéticos con el lanzamiento del Sputnik I el 4 de octubre de 1957. Creo que hasta aquí, la historia es bien conocida. Lo que no tanta gente sabe es lo que sigue:
Años antes del Sputnik, Kittinger (sí, el tipo de las grandes pelotas) ya estaba inmerso en un proyecto militar denominado Proyecto Manhigh, establecido en 1955 para obtener datos científicos sobre el comportamiento de los globos aerostáticos en entornos por encima del 99% de la atmósfera terrestre y que también sirvió para investigar los rayos cósmicos y sus efectos sobre las personas. Asimismo la cápsula con forma de supositorio metálico, también serviría como prototipo para futuras naves espaciales.
Entre junio de 1957 y octubre de 1958, hubo tres vuelos Manhigh y el capitán Joseph Kittinger fue el encargado de meterse en el primero de todos ellos. Fue el Manhigh I y le llevó a una altura de 29,6 km el 2 de junio de 1957. Después del segundo vuelo del programa en agosto del año siguiente, Kittinger fue transferido al Aero Medical Laboratory en Wright Field, donde fue asignado a otro programa denominado Proyecto Excelsior. El problema del escape a gran altura era ahora objeto de atención.
Kittinger en su cápsula Manhigh I |
EL PROYECTO EXCELSIOR:
Institución responsable: U.S. Air Force Aero Medical Laboratory
Investigador principal: Dr. John Paul Stapp
Excelsior, del latín "hacía más arriba". Fue un proyecto nacido por la preocupación de los peligros a los que debían enfrentarse los pilotos que se eyectaban desde los cada vez más veloces jets de combate. Asimismo, y con la llegada de la era espacial, el Proyecto Excelsior serviría para proveer a los futuros astronautas con un medio eficiente y seguro de escape mientras aun estuvieran en la atmósfera. Investigador principal: Dr. John Paul Stapp
Uno de los retos a los que se enfrentó Kittinger en este proyecto fue el de encontrar una técnica que pudiera ser utilizada por los pilotos que no fueran paracaidistas entrenados. La solución vino de parte de Francis Beaupré de la División de Medicina Aeroespacial del Wright Development Air Center. Beaupré ideó un sistema de paracaídas de tres etapas:
- Después de la eyección, el piloto caería durante 16 segundos hasta alcanzar su máxima velocidad, entonces, se desplegaría un paracaídas guía de 45 centímetros de diámetro. Era fundamental que al momento de activar el paracaídas, el piloto estuviera viajando a la velocidad adecuada. Si se desplegaba demasiado pronto, la presión dinámica en el aire circundante tan enrarecido por la altura sería insuficiente para un adecuado inflado del mismo y este flamearía sin control.
- El paracaídas piloto, a su vez, desplegaría un paracaídas estabilizador de 6 metros de diámetro cuya función sería la de orientar al piloto con los pies hacia Tierra.
- Finalmente, junto con el paracaídas de estabilización, sería extraído también aproximadamente un tercio del paracaídas principal, hasta que, al alcanzar los 5.500 metros, aquel se desplegaría por completo.
Excelsior era un proyecto con unos fondos bastante limitados, y esto hizo que como plataformas de lanzamiento para probar el nuevo sistema, se utilizara, en lugar de aviones, una góndola abierta llevada por un globo al borde de la estratosfera.
Su globo se elevó sin problemas desapareciendo entre las nubes con la góndola girando levemente sobre su eje. Ésta contaba con una cobertura que protegía a Kittinger de los rayos solares, sin embargo, la entrada por la que debía saltar no contaba con protección alguna -era una puerta abierta al vacío- y cuando ésta apuntaba al sol, era tal la intensidad del reflejo del astro sobre los paneles de instrumentos que era imposible para Kittinger leerlos. Al mismo tiempo, se presentó otro problema: el visor del casco se empañaba, bloqueando aun más su visión. A medida que el globo ascendía la presurización de su traje también se añadió a la lista de problemas y finalmente, cuando saltó a una altura de 23.283 m -4000 metros más de lo esperado- se enredó con el paracaídas guía y perdió el conocimiento en mitad del descenso. Por suerte, el sistema automático ideado por Beaupré funcionó a la perfección y se evitó la desgracia.
Tres semanas más tarde, Kittinger saltó de nuevo en el Excelsior II, desde 22.769 m y esta vez, la misión fue un éxito.
Kittinger cayendo desde la Excelsior II |
Kittinger junto a la góndola Excelsior III. En la base de ésta se puede ver la inscripción "Este es el escalón más alto del mundo" |
Kittinger saltando de la Excelsior III a 31.300 metros. |
Kittinger cayendo en un mar de nubes. |
Alguno tendría que ser el primero, ¿no? Pero la verdad es que los tiene cuadrados y del tamaño de un elefante. Éste junto con Yuri Gagarin y Anatoli Karpov, ¡unos grandes!
ResponderEliminarjoder... ya podría haber sido yo el primero... me corroe bastante la envidia jajaja.
ResponderEliminarGagarin vendrá por aquí algún día de visita, ya te informaré ;) por ahora... y como siempre, gracias por la visita señorita! :)